El voladizo que conforma el coro de la Iglesia, ha supuesto un importante reto estructural. Sus dimensiones (10m de vuelo en el punto pésimo), su falta de continuidad con los forjados del edificio existente tras el muro (existe un hueco paralelo al muro que rompe toda continuidad con el voladizo), y el enorme momento transmitido al propio muro volado, hacen de este elemento un importante reto, que sin duda supone un hito importante en nuestra experiencia profesional.
Vista frontal del coro |
La importancia radica no sólo en el hecho de resolver correctamente el voladizo, sino en su concepción estructural en su interacción con el muro volado que lo soporta, y que se comentó con detalle en otro post (pincha aquí para acceder al post).
La losa volada se ha resuelto mediante losa maciza de 50 cm de espesor. Se optó por esta solución por la dificultad de introducir en obra otra unidad diferente, como podría ser una losa postesada, debido a la pequeña superficie del coro con respecto al volumen de obra. Del mismo modo, se descartó el empleo de losa aligerada, ya que el aligeramiento no era tan importante al descontar los macizados por la futura ubicación del órgano y por los macizados de cortante.
Sin embargo, se aligeró la losa mediante dos sistemas:
-En primer lugar, en el borde de la losa se redujo el espesor de la misma, reduciendo sensiblemente el peso en la punta.
Detalle de la reducción de canto |
-En segundo lugar, la zona de mayor luz, se optó por reducir el peso del coro mediante el aligeramiento con chapa colaborante. De esta manera, aproximadamente 35 m2 de voladizo se resolvió con vigas metálicas y chapa colaborante, reduciendo enormemente el peso de la estructura .
Detalle del aligeramiento metálico |
El coro no se resolvió por entero mediante solución metálica por el poco canto disponible. En cualquier caso, el resultado con hormigón ha sido muy satisfactorio, obteniéndose unas deformaciones inferiores a las esperadas, y un correcto comportamiento del conjunto muro-voladizo.