En estos tiempos difíciles, donde la gran mayoría de los proyectos tienen problemas económicos, todos debemos apretarnos el cinturón.
Sin embargo, cada vez más, la tendencia es la de apostar por el más barato, sin importar la calidad del producto.
En el particular mundo del cálculo de estructuras, nos vemos a menudo luchando contra precios ridículos, difícilmente asumibles si quieres ofrecer un resultado profesional y de calidad.
Afortunadamente, los clientes con los que trabajamos desde hace años, confían en el producto de calidad a precios razonablemente adaptados a los tiempos que corremos. El problema es el de la captación de nuevos clientes y el de la apertura de mercados.
Sin embargo, debemos reflexionar sobre el tema y, con cierto humor, fijarnos en la siguiente fotografía que resume a la perfección la realidad existente en la relación calidad-precio, puesto que lo importante no es encontrar a alguien que te haga el trabajo, sino encontrar a la persona adecuada: