Una vez demolido el edificio existente (pero manteniendo las fachadas), se procedió a la ejecución del nuevo edificio que pasaba de tener un uso residencial en las plantas superiores a tener un uso comercial.
Este edificio ha sido un punto de encuentro de muchos madrileños ya que en la planta baja se encontraba el mítico Rodilla de Callao. Es por ello, y por las necesidades comerciales de la tienda Desigual situada en las plantas superiores, las que han hecho que el plazo en esta obra fuera de vital importancia. Tal vez por eso y por los cambios de uso que complican mucho la adaptación de un edificio a otro los que fueron determinantes a la hora de tomar la decisión de hacer completamente nuevo el edificio.